La importancia del espacio de juego
libre comunitario
Algunos padres me dicen:
“Es curioso, con los juegos más
sencillos se pueden pasar horas...esto lo propones en casa y no
ocurre lo mismo. Necesitan cambiar de juego al poco tiempo”.
Es normal. Hay una clara diferencia
entre el espacio de juego de casa y el espacio de juego de una sala
donde ellos pueden jugar en libertad a la vez que saben que es un
espacio compartido de juego. El espacio de juego libre es un lugar
neutro a nivel físico, emocional y mental.
Las dinámicas son diferentes y eso
afecta no solo al espacio sino a los niños y a sus familias.
En el espacio de juego sea crea el
ambiente y la energía necesaria que facilita que el juego se
desarrolle a su ritmo y en libertad. Eso no quita que pueda haber
conflictos y se deban gestionar las emociones, pero los niños saben
que el material que disponen no es exclusivo para ellos. Que es un
material de todos y para todos, por lo que la necesidad de desapego
se aprende gestionar con más naturalidad.
Por otro lado, las dinámicas de juego
con la familia son diferentes a las conocidas en casa.
Los niños sienten que sus padres están
allí por completo. Es decir, que no hay otro estímulo o quehacer
que pueda perturbar un espacio creado especialmente para ellos.
Sienten que la atención es consciente y verdadera, y que sus padres
también se relacionan con otros niños con naturalidad. Así ellos
pueden sentir que a pesar de que sus padres jueguen con otros, ellos
siguen estando presentes en sus vidas. Esto es muy beneficioso para
niños que sufren cuando sus padres se relacionan con otros por el
miedo a “perderlos”.
Los padres acompañan el proceso
jugando con el hijo o en silencio.
Pero no sólo es un espacio para los
más pequeños. Los padres también valoran este espacio como un
lugar fuera de su rutina, de su ambiente...un lugar donde también
pueden relacionarse con otros padres y donde también se tienen en
cuentan sus necesidades.
Digamos que en el espacio de juego se
crea un dinámica igualitaria entre adultos y niños, donde las
necesidades de ambos son importantes.
Así que, aunque a primera vista
proponer un espacio de juego libre pueda parecer algo demasiado
sencillo y se pueda llegar a pensar: “Eso lo puedo hacer yo en
casa...” yo personalmente no lo creo así.
Joc de tubs de cartró amb pilotes petites |
Sí, claro que lo puedes hacer. Y
además es importante que lo hagas. Pero no tiene nada que ver las
dinámicas que se desarrollan en tu casa con lo que puede nacer de un
espacio de juego libre en comunidad.
Un espacio de juego libre permite que
los niños exploren sus necesidades, sus emociones, sus instintos de
forma natural.
Permite que los padres conozcan más a
sus hijos.
Permite que los niños se expresen en
libertad.
Un espacio de juego libre es un espacio
común, de todos y para todos.
“El niño que establece un vínculo
saludable con uno o más adultos que lo quieren aprende la lección
más valiosa de la vida: cómo sentir los sentimientos y cómo ser
consciente de sí mismo. Estos dos rasgos son la base del desarrollo
empático. Cuanto más tiempo pasemos con nuestros hijos durante sus
dos primeros años de vida, mejor”.
El futuro bebé, arte y ciencia de
ser padres de Dr. Thomas R. Verny.
Les caixes de catró |
Joc amb mocadors amb el seu germà i mare |
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